02 / Agosto / 2019

El 2 de agosto de 2018, Sandra Calamano llegó como muchas mañanas a las Escuela 49 de Moreno, en la provincia de Buenos Aires. Ejerciendo su función en la vicedirección comenzó a supervisar las actividades para arrancar la jornada. Rubén Rodríguez, auxiliar de la escuela también estaba allí. 
A los pocos minutos un escape de gas, reportado al área de Infraestructura Escolar de la gobernación bonaerense en ocho oportunidades, reventó las paredes de la escuela.
Faltaban pocos minutos para el ingreso de cientos de niñas y niños.

Sandra y Rubén no fueron víctimas de una tragedia sino de políticas orientadas a vaciar la escuela pública material y simbólicamente: desfinanciando programas educativas, subejecuntado partidas presupuestarias destinadas a infraestructura, criminalizando el derecho de docente a luchar por un salario digno y acceder a paritarias libres, desmantelando el sistema federal de formación docente y propiciando el ingreso del mercado en la formulación y ejecución de políticas educativas. 

Desde el Programa de Comunicación y Educación del Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales ( UNC) y como miembros de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación, exigimos Justicia por Sandra y Rubén, nos sumamos al reclamo de escuelas seguras y reafirmamos nuestra lucha por una educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva. Las escuelas son una posibilidad de vida, de creación y libertad. Por eso luchamos. 

Sandra y Rubén, Presentes

Foto: Agencia Paco Urondo