La Facultad de Ciencias Sociales de la UNC, expresa su preocupación por la construcción de la agenda mediática y política en torno a la crisis habitacional de nuestro país, desde una perspectiva restringida, punitivista y de criminalización de las personas, familias y colectivos que, ante la necesidad de un lugar para la reproducción de la vida, desarrollan tomas colectivas de tierra como estrategias de acceso al hábitat.
El problema habitacional se manifiesta con claridad en la coyuntura de la crisis sociosanitaria del Covid 19, aunque no es nuevo y da cuenta de procesos históricos que articulan acciones y omisiones de políticas públicas, centralidad de la lógica del mercado de suelo e inmobiliario en las políticas de desarrollo urbano y residenciales, luchas y estrategias por parte de organizaciones y movimientos sociales para el reconocimiento de los derechos a la tierra y vivienda, entre otros.
En la ciudad de Córdoba, las tomas colectivas de tierra como estrategias de acceso al hábitat comienzan a producirse en la década de los 90 y van consolidándose como una modalidad de producción de territorios para la vida a inicios del siglo XXI. En el año 2002, se contabilizan en la ciudad de Córdoba 7 casos; 23 en el año 2010 y 32 en 2018[1], lo que da cuenta de las restringidas posibilidades de acceso a una vivienda por la vía formal por parte de una cada vez más amplia porción de la población. A nivel provincial, también las tomas se vuelven una opción, tal vez la única, para el acceso a la tierra y la vivienda, que se agrava en el contexto del ASPO (pérdida de empleo, disminución de ingresos, imposibilidad de sostener alquileres, entre otros). Tal como lo expresa el informe publicado recientemente por el colectivo el Llano en llamas, la crisis habitacional se ha profundizado estos últimos meses, con un crecimiento de la población en situación de calle, densificación de los barrios populares y la producción de nuevas tomas colectivas de tierra, estando atravesadas por procesos de hostigamientos, presiones y desalojos por parte de actores privados (empresas vinculadas al negocio inmobiliario) y como intervención estatal[2].
Cabe destacar, que las tomas de tierra se constituyen en procesos largos y conflictivos donde el eje de la reivindicación y acción colectiva es la necesidad de un lugar para la reproducción de la vida. Desde la Facultad de Ciencias Sociales se vienen desarrollando proyectos de investigación, extensión y trabajo territorial de la prácticas pre-profesionales, desde los cuales se acompañan procesos organizativos de reivindicación, lucha y producción de un hábitat digno de los sectores populares, ante la ausencia de políticas públicas habitacionales y el avance de las lógicas del capitalismo neoliberal, donde la tierra no es concebida como lugar de vida sino mercancía. Se recuperan experiencias de prácticas y estrategias sociorganizativas en la producción de condiciones de vida urbanas, donde la presencia física, el “poner el cuerpo” se instituye como principal capital en la acción colectiva, y al mismo tiempo como credencial para lograr la consideración como beneficiaria/o y/o acreedora/or de derechos.
En este marco, desde la Facultad de Ciencias Sociales, a través de los programas de extensión “Producción social del hábitat urbano y organizaciones socioterritoriales”, “Ruralidades”, “Territorialidades con enfoque de derechos: planificación y gestión estratégica multiactoral del hábitat”, los equipos de investigación “Politicidad popular: estrategias de vinculación social y política de sectores de pobreza urbana”, “Las Tramas Sociales en la construcción de las diversas vías del desarrollo: estudio de experiencias comunitarias y sus articulaciones con la formulación de políticas públicas”, los colectivos “Llano en Llamas”, “Sujetxs, políticas y derechos”, las cátedras “Teorías Espacios y Estrategias de intervención II comunitario”, “Planificación social y estratégica A”, Teoría Política III, y seminarios Movimientos socio territoriales en espacios rurales y Gestión Territorial y Hábitat; repudiamos los posicionamientos y enunciados políticos y mediáticos de criminalización de las tomas de tierra y las personas involucradas en dichas estrategias de acceso al hábitat; a la vez que solicitamos la urgente implementación de políticas públicas habitacionales desde una perspectiva de derechos humanos (por ejemplo, programas de urbanización de barrios populares, mecanismos de alquiler social, etc.).
Como Universidad Pública, desde diferentes ámbitos acompañamos los procesos de producción social del hábitat, nuestros saberes, diagnósticos y experiencia de trabajo con otros actores serán un aporte que ponemos a disposición de las autoridades para la construcción de abordajes integrales y participativos de la problemática habitacional.