La FCS expresa su profunda preocupación por la situación de las políticas sociales y de las/os trabajadores de la Municipalidad de Córdoba en el contexto de pandemia y Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio por el COVID -19.
Nos pronunciamos como actor con una larga trayectoria de trabajo conjunto con diferentes áreas y dependencias de la Municipalidad de Córdoba, vínculo que en algunos casos tiene más de 30 años. Como Facultad de Ciencias Sociales, y en particular como Licenciatura de Trabajo Social, desarrollamos convenios de colaboración de prácticas académicas en el área de Atención Primaria de la Salud, Hogares de dia y Escuelas municipales. Hemos llevado adelante capacitaciones para diferentes áreas a través de cursos de posgrado e investigaciones en el marco de maestrías y doctorados, acompañamiento en trabajos territoriales desde proyectos de extensión, entre otras actividades. Son las inquietudes y acciones compartidas con los/as profesionales de la Municipalidad, en particular con las áreas de salud, educación, adultos mayores y hábitat, que nos lleva a valorar la necesidad de hacer públicas nuestras preocupaciones y demandas.
Reconocemos los valiosos aportes que históricamente realizan los/as trabajadores/as municipales y principalmente los/as Licenciados/as en Trabajo Social a esta Facultad, acompañando como referentes institucionales diversos procesos de prácticas pre profesionales en distintos territorios de la ciudad. De su trabajo comprometido y de alta calidad profesional han aprendido generaciones de estudiantes y se han nutrido las cátedras de los saberes construidos en el trabajo cotidiano: el impulso y acompañamiento a la conformación de redes, los procesos organizativos para mejorar condiciones de vida, la atención familiar en situaciones gravísimas desde estrategias colectivas e individuales, las gestiones y articulaciones con otros actores y programas, el apoyo a acciones culturales, que entienden de manera multidimensional la salud, la educación y el habitat, siempre desde un enfoque de derechos.
Sin duda, la Municipalidad a través de los Centros de Atención Primaria, las escuelas, los jardines maternales, los hogares de día, llegan a los sectores sociales más pobres y vulnerabilizados de la ciudad y a grupos donde la desigualdad fragiliza de modo particular sus vidas. Estos centros constituyen espacios públicos comunitarios (en muchos casos los únicos presentes en los territorios de modo material y permanente), que ocupan un lugar central en la vida de las familias, espacio donde tramitar sus necesidades cotidianas de salud, apoyo, orientación, alimentación y cuidados y construir estrategias de acceso a prestaciones, información, y escucha que promueven acciones preventivas y reparadoras.
Durante esta última década hemos sido testigos de la forma en que se desfinanciaron las áreas sociales, se precarizó el trabajo municipal y se redujo la planta de profesionales. El empobrecimiento tuvo como reverso el crecimiento en cantidad y complejidad de las demandas. Esto atravesó y atraviesa las prácticas de los/as agentes de salud, docentes y profesionales, con equipos interdisciplinarios cada vez más reducidos y precarizados, sin insumos suficientes y necesarios. Por ello, las medidas recientemente tomadas por el Ejecutivo Municipal, nos alertan de modo particular porque profundizan esta situación. La reducción salarial y de la jornada laboral, el acortamiento del tiempo de duración de los contratos, la modificación de la estructura orgánica y del escalafón, etc; no solo resentirán los servicios de las politicas públicas sino que además constituyen una vulneración a los derechos laborales.
Las medidas adoptadas y la ausencia de otras (provisiones de insumos y personal, mantenimiento de infraestructura) implican en los hechos una reducción de las políticas públicas municipales; el deterioro preocupante de los servicios y la capacidad de respuesta ante la emergencia sanitaria; todo lo cual pone en situación de mayor vulnerabilidad a la población.
La Pandemia, por el contrario, exige fortalecer las intervenciones estatales para mitigar los fuertes impactos sociales que desnudan y profundizan las desigualdades y las problemáticas existentes.
Esperamos de esta nueva gestión respuestas y acciones acorde a las necesidades presentes en la población, respuestas que tienen que ser diversas, ágiles, oportunas e interdisciplinarias frente a la pandemia. La emergencia sanitaria requiere de un enfoque que trascienda la perspectiva sanitarista biológica atendiendo a los aspectos sociales, psicológicos y comunitarios de la prevención y el sostenimiento del aislamiento.
Lo anterior demanda implica ampliar la cantidad de equipos interdisciplinarios, garantizar los insumos requeridos para la atención de la salud, realizar los mantenimientos y adecuaciones en la infraestructura y servicios de los centros de salud, reforzar y ampliar la asistencia alimentaria, generar formas nuevas de llegar a las poblaciones de mayor riesgo o puestas en riesgo por el aislamiento, crear y/o fortalecer el trabajo en red en los territorios, generar información fiable y pertinente, y por supuesto preservar y mejorar las condiciones laborales de los/as trabajadores/as municipales.
Como Facultad articulamos con una red de profesionales de los centros de salud, hogares de día, escuelas y jardines maternales y programas de hábitat. Por todo lo anterior es que nos ofrecemos a seguir sosteniendo espacios de intercambio y labor conjunta que puedan sumar a las estrategias de intervención que desde las condiciones actuales se vienen desarrollando o aquellas que hiciera falta implementar.