16 / Octubre / 2019

La Prosecretaría de Relaciones Internacionales de la FCS y el Doctorado en Ciencia Política CEA/FCS invita al debate "El declive del antagonismo peronismo-antiperonismo (1983-2015): la ‘grieta’ como agonismo", a cargo del profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Javier Franzé*.

Día y hora: Martes 22 de octubre a las 12 hs. 
Lugar: Facultad de Ciencias Sociales, Ciudad Universitaria, Box I  Av. Enrique Barros s/n (ex Valparaíso)

Abierto al público

*El Dr. Javier Franzé es argentino, profesor e investigador en teoría política en la UCM. Su línea de investigación es la historia del concepto de política. Últimamente ha investigado sobre la trayectoria del discurso de Podemos, analizando el pasaje del agonismo al antagonismo. A partir de esta diferencia conceptual estudia también el declive del clivaje peronismo-antiperonismo en la política argentina desde la recuperación de la democracia.

Abstract

La pregunta que guía esta reflexión es si el antagonismo peronismo-antiperonismo sigue siendo la principal frontera de la política argentina. Por frontera entendemos la imposibilidad de convivencia entre actores diferentes, que suele expresarse en la incapacidad de darse reglas comunes para dirimir sus conflictos. Cuando hay frontera hay enemistad, y todo orden político descansa en la exclusión de un Otro. En ese sentido, nuestra hipótesis es que el antagonismo peronismo-antiperonismo estuvo vigente desde 1945 hasta 1983, si bien no siempre con la misma intensidad, ni las mismas consecuencias, ni la misma fisonomía.

Nos interesa subrayar, contra cierta noción de inefabilidad radical de la historia argentina, que ese antagonismo estuvo sobredeterminado por otros, provenientes de contextos más amplios, como fascismo-antifascismo en los ’40 y ’50, antiimperialismo-anticomunismo en los ’60 y ’70, y democracia-autoritarismo en los ’80. Esto dio lugar a resignificaciones del antiguo antagonismo.
Nuestra hipótesis es que la dictadura inaugurada en 1976, merced al devastador efecto ético-político del terrorismo de Estado, va a retrazar la frontera política, colocando en un mismo campo a los actores principales de aquella enemistad. Estos tendrán ahora otro común, la dictadura, y todo lo que ella significaba. Así se generará un terreno compartido en la diferencia que situará como pilar de la nueva etapa democrática a los derechos humanos, acercando a las dos tradiciones políticas argentinas, la liberal y la nacional-popular, con sus diversas líneas.

Esta convergencia reconoce antecedentes en La Hora del Pueblo (1970), el discurso de Balbín ante el féretro de Perón en 1974 y la Multipartidaria (1982), que se prologarán en el discurso de Alfonsín en 1983, la presencia de Luder y Cafiero en los balcones de la Casa Rosada en la Semana Santa de 1987, el discurso de Cafiero ante la tumba de Alfonsín en 2009, la reforma consensuada de la Constitución en 1994, la transversalidad impulsada por Néstor Kirchner y el homenaje de la presidenta Fernández de Kirchner a Alfonsín en 2008, entre otros.

Una consecuencia de nuestra hipótesis es que la polarización política que vive el país desde 2008 en adelante —la llamada “grieta”— no representa la restauración de la centralidad del antiguo antagonismo —del cual en parte no obstante se alimenta—, sino por momentos una aguda tensión entre adversarios. La disputa alrededor de la traspaso del mando presidencial en 2015 simboliza bien esa pugna. Este agonismo se da más en términos de kirchnerismo-antikirchnerismo que de peronismo-antiperonismo, toda vez que el kirchnerismo no ha logrado absorber a todo el peronismo y, más aún, hay peronistas que se reconocen al menos no kirchneristas.