*Por Gabriela Artazo
En el marco del día internacional del trabajo sexual (2 de junio) presentamos algunas reflexiones desarrolladas en nuestra Tesis doctoral (“Yo me voy a morir en una esquina: la industria del sexo desde una perspectiva feminista anticolonial y de caso” // Doctorado de Ciencia Política del CEA-FCS-UNC) dirigida por la Dra Gabriela Bard Wigdor, ambas pertenecientes al Telar Comunidad de pensamiento feministas latinoamericano, docentes e investigadoras del nuestra Facultad.
La investigación trabaja el debate acerca de la industria del sexo y las corporalidades femenizadas en situación de prostitución, abordando una tercera posición, a la cual se comprende como la de los feminismos decoloniales. La idea es proponer algunas alternativas tendientes a superar la división histórica entre posiciones abolicionistas, que consideran a la prostitución como un tipo de trabajo esclavo, sexualizado y feminizado, y, por lo tanto, una forma de violencia hacia las mujeres y diversidades; y, por otra parte, las posiciones regulacionistas, que abogan por su legalización y reconocimiento como trabajo.
Para los feminismos nuestrosamericanos, el trabajo sexual explicita algo que es parte de nuestra configuración histórica de violencia colonial. En este sentido es que comprendemos que, en todo tiempo y espacio hubo acceso irrestricto a los cuerpos.
Feminizados, desde la colonia hasta el presente. El trabajo sexual para nuestra América significa además la conquista de los territorios, la colonización y el racismo.
En ese sentido, no resulta lo mismo una persona que ejerce el trabajo sexual en Córdoba, Argentina, que quien lo hace en un país europeo. Esa diferenciación en cuanto a la posición geopolítica e histórica de esas corporalidades añade un plus de vulnerabilidad, vinculado a nuestra historia colonial, que es patriarcal y fuertemente racista.
Desde el enfoque del feminismo decolonial, el estudio plantea no intervernir en la regulación del proxeneta, sino antes avanzar en políticas públicas y en el reconocimiento de derechos tendientes a revertir las condiciones de vulnerabilidad en las que viven las personas en situación de prostitución
Algunas de las alternativas que planteamos son la creación de un salario universal para personas que tengan a su cargo el cuidado de terceros, un sistema previsional específico para las personas en situación de prostitución, y políticas tendientes a responder a las demandas habitacionales, así como programas de salud especiales y subsidios educativos destinados a este colectivo.
(También te invitamos a leer la nota al respecto publicada en Unciencia: https://unciencia.unc.edu.ar/genero/un-abordaje-de-la-prostitucion-en-clave-latinoamericana