28 / Julio / 2022

Comunicado del Comité Directivo de CLACSO

En las dos últimas semanas, las argentinas y los argentinos asisten con suma preocupación y angustia a las consecuencias de una compleja situación socioeconómica que afecta, principalmente, a sectores vulnerables y asalariados medios. Tal escenario viene condicionado por un aciago préstamo del FMI solicitado en 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri (44.000 millones de dólares), dejando al gobierno progresista que le sucedió en diciembre de 2019 una espada de Damocles sobre su gestión. A poco de asumir, al igual que el mundo entero, las nuevas autoridades debieron enfrentar y cuidar las vidas humanas por la pandemia del COVID-19. Cuando parecía que finalmente se podrían buscar estrategias para superar la crítica situación, la guerra entre Ucrania y Rusia sumó nuevas dificultades producto del aumento de la energía y del precio de los commodities.

Junto a aquellas dificultades socioeconómicas, en el mismo período se advierten con intranquilidad y temor los discursos de odio y violencia que se reproducen desde las redes sociales, los medios de comunicación hegemónicos y en algunas manifestaciones citadinas. A las expresiones de los sectores de derecha, se sumó la arenga de Aldo Rico, quien cuenta con un fuerte pasado como militar golpista. En un mensaje dirigido a sus camaradas de armas, reclama: “Tenemos que organizarnos, unirnos, para eso hay que volver a tomar los enlaces y organizarnos donde se esté”. Para quienes vivieron y padecieron las consecuencias de la nefasta dictadura cívico-militar que soportó Argentina entre 1976/1983, esas palabras significan la incitación a un golpe a la democracia que vive el país desde 1983.

Aún quedan huellas dolorosas de aquella dictadura, soportadas en particular por los trabajadores y las trabajadoras, los gremios, actores de la cultura, políticos y la ciudadanía en general. Las universidades públicas fueron centro de los ataques de la dictadura y siempre están presentes en los discursos violentos de la derecha, en particular hacia las ciencias sociales.

La mayoría del pueblo argentino no desea retornar a la ruptura del sistema institucional y es muy respetuoso del Estado de derecho. Tiene clara conciencia de las dificultades socioeconómicas y aguarda urgentes soluciones del gobierno nacional. Sin embargo, no es con la violencia, las amenazas y el odio que el pueblo hallará respuesta a la crisis.

Los sectores financieros, tanto internacionales como nacionales, deben considerar el valor de cada vida humana del país. Y la derecha y sus seguidores tampoco pueden continuar con acciones de intolerancia y violencia. Mientras, hacia el interior de Argentina, urge la unión de los grupos sociales, culturales y políticos, comprometidos con la solidaridad y la búsqueda de una vida digna para todos y todas, con pleno ejercicio de la justicia.

El pueblo argentino, que eligió vivir en paz y por la memoria de los 30.000 detenidos-desaparecidos, por los hijos que no regresaron y los nietos y las nietas que aún se buscan, vuelve a decir a viva voz: “Nunca más”.

El Comité Directivo de CLACSO manifiesta su preocupación frente a semejantes expresiones desestabilizadoras y se suma a las numerosas voces que piden priorizar la defensa de la democracia por sobre todas las contingencias y diferencias, como salida a esta crisis que, como siempre ocurre, afecta a los más vulnerables de nuestras sociedades.

Comité Directivo de CLACSO
26 de julio 2022