05 / Mayo / 2025

El 4 de mayo de 2025 se cumple un siglo de la creación de la primera Escuela de Trabajo Social en América Latina, fundada en Santiago de Chile bajo el impulso del Dr. Alejandro del Río. Esta institución, denominada Escuela de Servicio Social de la Beneficencia, constituye un hito fundacional en la historia del Trabajo Social regional y marca el inicio de un proceso de profesionalización. Su surgimiento responde a las transformaciones del Estado asistencial moderno, que vinculaba la acción social a la salud pública.

El proceso de institucionalización del Trabajo Social en sus primeras décadas estuvo profundamente atravesado por un doble sello: por un lado, la feminización de la profesión, y por otro, una orientación asistencial; no obstante, estas primeras experiencias fundacionales también expresaron el espíritu de modernización del Estado y el impulso por profesionalizar la atención de los problemas sociales, apelando a saberes técnicos.

El reconocimiento internacional de la formación chilena se evidenció en el papel protagónico que sus profesionales desempeñaron en la expansión de la disciplina hacia otros países de América Latina y más allá. Organismos como las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos valoraron su experticia técnica y les confiaron tareas de enseñanza, asesoramiento y organización institucional en países como Argentina, Uruguay, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Honduras y Bélgica, entre otros (Lavrin, 1998).

Las profesionales del Trabajo Social, con su ingreso en el mundo laboral asalariado promueven el acceso de las mujeres de clase media a espacios de formación y trabajo técnico.

Conmemorar los cien años del Trabajo Social en América Latina implica recuperar críticamente estas genealogías, reconociendo sus aportes en la consolidación de un campo profesional, al tiempo que se interpelan sus matrices de origen.

Implica también reivindicar el potencial político, ético y epistémico de la disciplina, como práctica de intervención e investigación capaz de generar conocimiento situado. La producción teórico-metodológica que ha emergido desde las universidades, los territorios y los movimientos sociales, ha enriquecido sustancialmente las ciencias sociales latinoamericanas, abriendo nuevas perspectivas para pensar la cuestión social, los derechos, el Estado y las formas de organización colectiva.

A cien años de aquel gesto fundante en Chile, el Trabajo Social latinoamericano mantiene el desafío de profundizar su vocación crítica, comprometida con la transformación y con la construcción de saberes que dialoguen con los sujetos populares, que tensionen el orden establecido y construyan desde los derechos en nuestros territorios.