17 / Diciembre / 2019

Las Cátedras Procesos Políticos Latinoamericanos y Teorías y Procesos de Cambio Social de las licenciaturas en Ciencia Política y Sociología de la FCS iniciaron un proyecto en conjunto denominado Ciclo de Entrevistas “Presente y futuro de América Latina”. Esta propuesta tiene el objetivo generar, a través de entrevistas con diferentes referentes académicos y/o políticos, un mayor acercamiento de nuestra comunidad a la realidad social y política de distintos países de América Latina en lo que parece ser el inicio de una etapa de profundos conflictos y transformaciones en la región. 

El proyecto también se da en el marco del Ciclo de conversaciones "Nuestra América sublevada", que surgió como espacio de debate en ocasión de los conflictos que están emergiendo en algunos países de América Latina como consecuencia del ajuste social derivado del neoliberalismo, y que fue organizado por la Prosecretaría de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales junto con el Área de Estudios Internacionales del CEA y ADIUC (Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba).

En esta primera oportunidad, el Ciclo de Entrevistas “Presente y futuro de América Latina” abre con una entrevista al Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO/México), Fernando Mayorga*.

“El MAS enfrenta las consecuencias de una tremenda persecución política pero sigue siendo el principal partido del país”.

Por Esteban Torres y Marcelo Nazareno

1.-Una fracción considerable de analistas señala que la búsqueda de desestabilizar al gobierno de Evo Morales por parte de Estados Unidos, o con apoyo de Estados Unidos, ha sido una constante a lo largo de los años de gestión presidencial del MAS. Y que el reciente golpe de Estado fue una resolución más o menos exitosa de este propósito persistente. ¿Está de acuerdo con esta corriente de opinión? En cualquier caso, ¿cómo fue evolucionando la relación entre Bolivia y Estados Unidos desde el triunfo del MAS en 2006 hasta el golpe de Estado? ¿Qué acontecimientos y conflictos fueron marcando el devenir de dicho vínculo? ¿Qué actores locales/nacionales fueron conformando el bloque opositor al MAS en cada momento desde 2006 hasta hoy y que relación mantuvieron los diferentes sectores opositores con Estados Unidos?   

La relación de Evo Morales con EEUU es de absoluta enemistad desde fines de los años ochenta cuando los gobiernos bolivianos se alinearon con la política norteamericana de “guerra contra las drogas”. Ese plan, en Bolivia, se orientó a la erradicación de plantaciones de hojas de coca mediante acciones de represión policial y militar –con asistencia de la DEA- a los campesinos. Varias masacres marcan este periodo pero no lograron su propósito de “coca cero” que tenía como objetivo subyacente desmantelar a los sindicatos; al contrario, los cocaleros ingresaron a la arena electoral y Evo  Morales, en 1997, fue elegido diputado uninominal. En 2002 se realizaron comicios generales y el embajador norteamericano amenazó con el recorte de ayuda norteamericana si se apoyaba a un candidato “vinculado al narcotráfico y al terrorismo”. Se refería a Evo Morales, principal dirigente de los cocaleros, que obtuvo el segundo lugar en las elecciones presidenciales. En 2005, el MAS fue vencedor en las urnas y Evo Morales obtuvo la presidencia con mayoría absoluta de votos, el primer candidato, desde la reconquista de la democracia en 1982, que obtenía ese resultado. Se trata, entonces, de un estrepitoso fracaso de la política norteamericana puesto que un plan para eliminar a un movimiento social despojándole de sus condiciones de producción concluyó con la captura del poder político por parte de las organizaciones campesinas e indígenas bajo el mando de Evo Morales. Este líder condujo el gobierno durante catorce años adoptando una postura anti norteamericana que implicó la expulsión de la DEA, USAID y del propio embajador norteamericano (acusado de apoyar a sectores opositores al gobierno del MAS en 2008 cuando existía una enorme conflictividad y una grave polarización en el país). Paralelamente desplegó una política internacional de alianza con rivales de EEUU, como Venezuela, Cuba, Irán y Rusia. En septiembre de 2018, Evo Morales cuestionó el accionar imperialista de EEUU en la historia y lo hizo en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU en presencia de Donald Trump. Es evidente que existían suficientes razones para suponer que la actual administración norteamericana iba a actuar directa o indirectamente en el proceso político para incidir en un desenlace desfavorable al MAS. Uno de los actores decisivos en esta coyuntura crítica fue, sin duda, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, cuyo accionar responde a la política norteamericana de combatir a los gobiernos y partidos progresistas en la región. No existen pruebas, todavía, de la injerencia norteamericana en el rol de las redes sociales digitales durante esta coyuntura pero es evidente que formaron parte de un plan para instalar en la opinión pública ideas cruciales como “fraude monumental”,  “dictadura masista”, “Evo tirano” o “Bolivia no es Venezuela”.

2.- ¿Cuánto y de qué modo impactó el “giro a la derecha” en América Latina, en particular los triunfos de Macri y de Bolsonaro, en la política nacional e internacional del gobierno de Evo, en la economía boliviana en general y en la concreción del golpe de Estado? 

No hay un impacto directo. En 2015, cuando venció Macri en Argentina, los partidos de oposición celebraron esa victoria como un augurio del fin del “giro a la izquierda” que incluiría a Bolivia. A medida que avanzaba la crisis económica argentina, la figura de Macri desapareció como referente y la oposición boliviana retornó a la cantaleta de la “amenaza venezolana.  La victoria de Alberto Fernández en las elecciones primarias en agosto de 2019 no solamente enterró a Macri sino que fue una grata noticia para el gobierno de Evo Morales, cada vez más aislado debido a los acontecimientos electorales en Brasil, Ecuador, Perú y Chile entre 2015 y 2019.  El caso de Brasil es más sugerente porque la victoria de Bolsonaro también fue celebrada por la oposición boliviana, sobre todo por grupos evangelistas y agrupaciones de activistas contrarios al MAS que consideraban que tendrían apoyo de Bolsonaro. Empero, el presidente brasilero nunca incluyó a Bolivia en la lista de gobiernos del “socialismo del siglo XXI” que forman parte del bloque de sus adversarios. Asimismo, Evo Morales tomó algunas decisiones que respaldaron esa percepción como su inasistencia al Foro de San Pablo respondiendo a una sugerencia de Bolsonaro. En suma, no hubo incidencia directa de los gobiernos de los países más importantes en relaciones comerciales –por la exportación de gas natural- a pesar de las desavenencias políticas con Evo Morales.

3.- ¿Cuál fue el actor más gravitante en la dinámica que culminó en el golpe de Estado? ¿Cómo logró acumular tal poder de incidencia? ¿Cuánto hubo de planificación y cuanto de improvisación por parte de los diferentes actores intervinientes? ¿Alguno de los actores tuvo una idea clara respecto a una salida política posible luego de la renuncia de Evo?

La renuncia de Evo Morales fue resultado de un plan golpista que se fue configurando en el camino. Los primeros atisbos se manifestaron antes de los comicios puesto que actores políticos sin filiación partidista señalaron que no reconocerían la victoria del MAS porque consideraban que la candidatura de Evo Morales era ilegal e ilegítima ya que contradecía los resultados de un referendo realizado en 2016 que rechazó una reforma constitucional dirigida a habilitar su postulación a un cuarto mandato. Asimismo instalaron en la opinión pública la idea de fraude cualquiera sea el resultado de las urnas. A esa postura se sumaron los partidos políticos rivales del MAS que actuaron al influjo de un movimiento social urbano impulsado por los comités cívicos –entidades citadinas con amplia capacidad de movilización por demandas regionales- que rechazaron las diversas propuestas del MAS a medida que se fue agudizando la crisis. Y lo hicieron realizando bloqueos (cortes de ruta) en las principales ciudades con participación de sectores de clase media y con nítido protagonismo de jóvenes convocados bajo el lema “Mi voto se respeta”, lo que permitió que la noción de democracia sea articulada al discurso opositor en oposición a “dictadura”, atribuida a Evo Morales. Esta victoria discursiva en la disputa por el significado por la democracia (el MAS esgrimía una idea de democracia como igualdad y justicia social) amplió la base social de la protesta contra Evo Morales que fue incrementándose debido a errores tácticos del MAS –como convocar a cercos campesinos a las ciudades y despreciar la participación juvenil- y por la incorporación de elementos religiosos, anticomunistas y anti indígenas por parte de Luis Fernando Camacho, líder del comité cívico de Santa Cruz, bastión histórico de oposición al MAS, quien lanzó la consigna: “la biblia debe regresar al palacio de gobierno” y rechazó todas las iniciativas para evitar la escalada del conflicto que estaba dirigida al derrocamiento de Evo Morales.

La renuncia de Evo Morales fue resultado de un plan golpista que se fue configurando en el camino

La conducta de la oposición siguió ese guión. Primero rechazó la realización de una auditoría electoral a cargo de la OEA, solicitada por el gobierno boliviano, para que se ratifique la victoria de Evo Morales en primera vuelta (con una diferencia de poco de 1o puntos) o se establezca una segunda vuelta con Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana. Luego desechó el llamado de Evo Morales para la convocatoria a nuevas elecciones con la finalidad de resolver la crisis política cuando estaba en marcha un motín policial que se sumó al pedido de renuncia de Evo Morales esgrimido por la oposición como respuesta a la propuesta de nuevos comicios. Enseguida, las FFAA, que no deliberan por norma constitucional, “recomendaron” a Evo Morales que abandone su cargo. A la defección de las entidades estatales encargadas del orden y la seguridad siguió el despliegue de un plan en varias ciudades para provocar la renuncia de ministros, parlamentarios y dirigentes del MAS con quema de sus viviendas, toma de rehenes y amenazas de muerte.

El Secretario General de la OEA se sumó a este plan afirmando que Evo Morales se dio un “auto golpe” porque el MAS hizo fraude –según la oposición: un “monumental fraude” -  un hecho que hasta la fecha no ha sido demostrado. El plan logró su objetivo y Luis Fernando Camacho se convirtió en un virtual vocero de la coalición golpista anunciado un juicio de responsabilidades a Evo Morales por “justicia divina” y comunicando, mediante un tuit, que había una “orden de aprensión (sic) para Evo Morales” denotando la subordinación de la Policía y FFAA al plan golpista. En suma, las diversas posturas del MAS para resolver la crisis mediante acuerdos políticos fueron rechazadas por las fuerzas de oposición al influjo de las consignas maximalistas del Luis Fernando Camacho que terminó ingresando al palacio de gobierno con una biblia en las manos y bajo escolta policial.

La victoria opositora se tradujo en la conformación de un gobierno transitorio bajo el mando de una senadora –Jeaninne Añez- auto proclamada como presidenta y cuya tarea es convocar a nuevas elecciones. Sin embargo, este gobierno transitorio ordenó reprimir a los seguidores de Evo Morales -con un saldo de 30 muertos y cientos de heridos y detenidos- otorgando carta blanca a las FFAA, acusando con sedición a los periodistas y ejecutando una persecución judicial contra dirigentes del MAS. Se trata de un notable retroceso en la democracia boliviana que enfrentará una prueba decisiva en el nuevo proceso electoral previsto, inicialmente, para el primer semestre de 2020.

4.- ¿Qué incidencia tuvo la OEA en el golpe, y cual pensás que es el escenario ideal que tenía y que tiene prevista dicha organización regional para la resolución del conflicto?

La OEA formó parte de esa asonada con la presentación, el 10 de noviembre, día del golpe, de un Comunicado del Grupo de Auditores de la OEA, dos días antes de lo previsto con el gobierno boliviano. A partir de los “hallazgos preliminares” de dicho informe, Luis Almagro señaló: “En virtud de la gravedad de las denuncias y análisis respecto al proceso electoral que me ha trasladado el equipo de auditores, nos cabe manifestar que la primera ronda de las elecciones (…) debe ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente”. Fue la pieza que faltaba para dar pábulo a la idea de fraude, uno de los catalizadores de la escalada de protestas opositoras que empezó exigiendo “segunda vuelta” y transitó a la demanda de “nuevas elecciones” hasta concluir con “renuncia de Evo”. El golpe de estado se consumó y Almagro lo festejó con ironía: Fue un “autogolpe de Evo Morales”. Días después fue sarcástico: “Dieron un golpe de Estado quienes se robaron la elección”.

Esta postura política de la OEA en consonancia con la oposición ya se puso en evidencia tres días después de los comicios, cuando en el informe preliminar de la Misión de Observación Electoral se señaló: “En estos momentos, con 96,78% de las actas computadas, el cómputo definitivo marca una diferencia de 9,48% entre los binomios más votados, lo que de mantenerse significaría una segunda vuelta. En el caso de que, concluido el cómputo, el margen de diferencia sea superior al 10%, estadísticamente es razonable concluir que será por un porcentaje ínfimo. Debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta”.

De manera sorprendente, una misión electoral recomendaba una “opción” política antes de que concluya el recuento de votos. Con esa “recomendación”, dio pábulo a la idea de segunda vuelta como un hecho irremediable, alimentando las protestas de la oposición. Vale recordar que en la víspera varios tribunales departamentales electorales fueron incendiados por manifestantes opositores a pesar de la invocación a “movilizaciones pacíficas” por parte de Carlos Mesa, quien instaló la idea de fraude “monumental” y fue replicada por otros opositores con menos imaginación: “escandaloso” y “descarado”.  Finalmente, con un notable retraso, salió el esperado informe de Análisis de Integridad Electoral de la OEA, casi un mes después del golpe de estado, sin mostrar evidencias del “monumental fraude”. Ese informe está plagado de retórica porque señala: Acerca de “Acciones deliberadas que buscaron manipular el resultado de la elección: son acciones dolosas que tuvieron la intención de afectar el transcurso del proceso electoral según lo planificado de manera oficial”.. Respecto a “Irregularidades graves: son acciones en las que no es claro si existió o no la intención de manipular aspectos de la elección pero que ciertamente causaron serias vulneraciones en la integridad del proceso electoral”. Sobre “Errores: equivocaciones o negligencia sin indicios de intencionalidad pero que pudieron facilitar acciones que potencialmente sí vulneraron al proceso electoral”. Estas son las frases que encabezan los acápites del “contundente” informe que demuestra el “monumental” fraude. El informe final tiene otra confusa oración sobre estadística que seguramente será respondida por un grupo de expertos en estadística y economía -con un par de premios Nobel en sus filas- que destrozó el primer Informe de la OEA, cuyo protagonismo fue decisivo para que el proceso electoral tuviera este desenlace atentatorio contra la democraciaa

Finalmente, con un notable retraso, salió el esperado informe de Análisis de Integridad Electoral de la OEA, casi un mes después del golpe de estado, sin mostrar evidencias del “monumental fraude”

5.- Parece claro que el retroceso electoral de Evo respecto a anteriores elecciones incidió en la dinámica golpista ¿a qué se debió este retroceso?

La derrota del MAS en el referendo del 21 de febrero de 2016 -un intento para modificar la CPE que permita viabilizar una nueva postulación de Evo Morales- erosionó la legitimidad del MAS puesto que el partido de gobierno optó por buscar otras vías legales para lograr ese propósito y lo logró mediante una sentencia del TCP, en noviembre de 2017, que estableció la reelección indefinida en todos los cargos de elección popular. La ratificación de la postulación de Evo Morales provocó la confluencia de diversas fuerzas opositoras en rechazo a su reelección; un campo opositor que se amplió con la presencia de partidos extraparlamentarios y, sobre todo, con el surgimiento de múltiples grupos urbanos de clase media que conformaron las denominadas “plataformas ciudadanas”  que se constituyeron en una fuerza con capacidad de movilización y presencia en las calles, un espacio antaño reservado al MAS. Es importante mencionar que el retroceso electoral  del MAS es relativo puesto que obtuvo 48% de votos en el referendo de 2016 y Evo Morales venció en los pasados comicios con 47% de la votación y diez puntos de diferencia respecto a su principal contendor. Estas cifras parecen bajas en contraste con las contundentes victorias en 2005 (54%), 2008 (67%, referendo por revocatoria de mandato), 2009 (64%) y 2014 (61%) pero si denota cierto desgaste, sobre todo en las ciudades. En suma, la incapacidad del MAS para prevenir y anular el golpe de estado se explica por otros factores que se exponen en las diversas respuestas.

6.- El MAS accedió a la presidencia de Bolivia y luego gobernó inicialmente a partir de una articulación estrecha con organizaciones y movimientos sociales de diferente tipo y con diferentes bases organizacionales y regionales. ¿Algunos de estos movimientos o fracciones de los mismos (sindicales urbanos, sindicatos cocaleros, movimientos indígenas y otros movimientos) viraron luego del referéndum (o antes) desde un apoyo al gobierno hacia posiciones más críticas e incluso de oposición?

El MAS fue una coalición de gobierno sui generis porque se sustentaba de manera primordial en el lazo entre el MAS y las organizaciones sociales, sobre todo campesinas e indígenas, pero es un lazo que no permite distinguir la afiliación sindical de la militancia porque no existe una barrera nítida que separe organización política y organización social.  Era una coalición inestable y flexible porque el tipo de relaciones entre el (partido de) gobierno y sus aliados dependía de los temas de la agenda política nacional y de la respuesta gubernamental a sus demandas.  El lazo más firme era con los sindicatos campesinos y, en menor medida, con las organizaciones indígenas, en este último caso las relaciones se debilitaron después de los conflictos en torno a la construcción de una carretera en un parque nacional y territorio indígena (el famoso caso TIPNIS). Este hecho originó que en algunas organizaciones indígenas surgieran facciones opositoras al MAS pero sin capacidad de dividirlas o ponerlas en contra del gobierno. Otros sectores, como los cooperativistas mineros, tenían relaciones instrumentales cuando las demandas eran de tipo grupal o corporativo, vinculadas al cumplimiento de derechos o al beneficio de políticas públicas y decisiones gubernamentales. En otras palabras, no existió ni existe división en las filas sindicales que permita suponer una erosión de la base electoral leal del MAS.

Era una coalición inestable y flexible porque el tipo de relaciones entre el (partido de) gobierno y sus aliados dependía de los temas de la agenda política nacional y de la respuesta gubernamental a sus demandas.

7- ¿Algunos de los movimientos mencionados se sumaron o expresaron su apoyo a las primeras protestas que se dieron luego de la primera vuelta electoral? ¿O estas protestas estuvieron protagonizadas exclusivamente por lo que García Linera llamó “clase media tradicional”?

Las protestas fueron realizadas básicamente por sectores sectores sociales urbanos, sobre todo de grupos de profesionales, jóvenes y sectores de “clases medias”, que se movilizaron desde fines de 2017 en rechazo a la reelección  de Evo Morales  enarbolando la consigna de “respeto” a la soberanía popular, expresada en la consulta del 21 de febrero de 2016, y enarbolado como “defensa de la democracia”. En esta coyuntura crítica se expresó en amplias movilizaciones citadinas y “paros cívicos” en las ciudades bajo la consigna de “mi voto se respeta” como parte de las denuncias de fraude que, como vimos, fue el engranaje discursivo del plan golpista. Los comités cívicos fueron decisivos como estructura de movilización así como el apoyo de alcaldías y gobernaciones en manos de la oposición.

8- ¿Hoy el MAS tiene una estrategia política unificada? ¿Hay acuerdo al interior del partido respecto a la estrategia a seguir en relación al comportamiento político en el Congreso, el llamado a futuras elecciones y el regreso de Evo? ¿Evo ejerce el liderazgo del MAS o hay posiciones diferenciadas y la posibilidad de emergencia de nuevos referentes?

El MAS enfrenta las consecuencias de una tremenda persecución política pero sigue siendo el principal partido del país, el único con presencia nacional (venció en seis distritos regionales y fue segundo en los tres restantes, por eso obtuvo mayoría en las dos cámaras en los comicios de octubre pasado). Si mantiene el apoyo de su base leal, aquella que habita en esa coalición de organizaciones sindicales, sobre todo campesinas e indígenas, dispondrá –mínimamente- del apoyo de un tercio del electorado, es decir, con posibilidades ciertas de disputar el primer lugar en los comicios de 2020, habida cuenta que la oposición no actuará de manera unitaria bajo una sola candidatura.  Por eso el mensaje de Evo Morales, por vía telefónica desde México durante la realización del primer “ampliado” de las organizaciones sociales a principios de diciembre,  insistió en la “unidad, unidad, unidad de los movimientos sociales” para vencer en las elecciones independientemente del binomio que el MAS presente en los comicios. La unidad sindical parece intacta y se ha recuperado después de la arremetida represiva del gobierno de facto que provocó más de 30 muertos y cientos de heridos y la amenaza de acusaciones por sedición y terrorismo a los dirigentes. No ocurre lo mismo en el ámbito parlamentario porque la bancada del MAS –con mayoría calificada de dos tercios en ambas cámaras- actuó de manera dispersa y dividida entre “radicales” y “moderados”, una situación que se definirá una vez que concluya la reorganización del partido; un hecho que tomó un nuevo impulso con el arribo de Evo Morales a Argentina, lugar desde el cual vuelve a ejercer su rol de líder y, además, asumiendo el papel de “jefe de campaña”, un cargo definido en el mencionado “ampliado” de las organizaciones sociales. Sin duda, la elección del binomio presidencial será decisiva para conocer la estrategia política del MAS pero es evidente que será una combinación análoga a la dupla Evo Morales-Álvaro García Linera, es decir, una figura campesina indígena y otra citadina para afirmar el voto leal y ampliar la interpelación al votante medio. Y, sin duda, la propuesta central será defender y profundizar los logros del “proceso de cambio” sin la presencia de Evo Morales como candidato. Un desafío y una oportunidad  para el MAS.

9- ¿Cuáles son las claves principales para intentar previsualizar el futuro político inmediato y a mediano plazo en Bolivia? Desde un cálculo de probabilidades, ¿Cuáles son los escenarios políticos, económicos y culturales que se podrían abrir?

Por ahora el panorama es incierto porque no se ha configurado el escenario electoral puesto que la convocatoria a nuevas elecciones recién será aprobada a principios del 2020. Existe incertidumbre respecto a las candidaturas que se disputarán el apoyo de la movilización anti-masista, resalta el surgimiento de una corriente política de corte ultraconservador y posturas de retorno al neoliberalismo. Sostengo la hipótesis de que el golpe de estado y las primeras acciones gubernamentales de la autoproclamada presidenta Añez forma parte de un proyecto de restauración oligárquica que expresa la reapertura del clivaje Estado/mercado y del clivaje étnico/regional, aquellos que fueron resueltos con éxito por el gobierno del MAS con la nacionalización de los hidrocarburos y la aprobación de la Constitución Política del Estado Plurinacional. En un par de meses se retrocedió –es un decir- lo avanzado en quince años. Hoy, Bolivia está polarizada pero ese proyecto de restauración oligárquica está en marcha, aunque es tema de otra conversación después de seis meses.

 

 

*Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO/México). Catedrático en la Facultad de Ciencias Sociales y director del Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). Coordinador del Grupo de Trabajo “Ciudadanía, organizaciones populares y representación política” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).  

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2019  Antes y después del referendo. Política y democracia en el Estado plurinacional. Cochabamba: CESU-UMSS. 
2019  Mandato y contingencia. Estilo de gobierno de Evo Morales. La Paz: CESU-UMSS / FES.