11 / Octubre / 2023

Por Sofia Belen Imhoff, Guadalupe Mazzini Aguilar, Gianella Margonari

En el marco del Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y el llamado nacional de movilización en defensa de los Derechos Sexuales y (no) Reproductivos, traemos algunas reflexiones que nos atravesaron durante el proceso de practicas preprofesionales, y qué entendemos continuan en tension. Este proceso fue realizado en el campo de la Salud Sexual y (no) Reproductiva, durante el año 2021 en un hospital público de la Ciudad de Córdoba, en el marco de la Licenciatura en Trabajo Social, Universidad Nacional de Córdoba.

Partimos de entender que las sexualidades se construyen social e históricamente, hecho por el cual consideramos necesario y urgente recuperar parte de estos procesos qué permiten comprender, analizar, tensionar, y qué a la vez nos brindan algunas “pistas” al momento de preguntarnos ¿de qué forma se construyen esas sexualidades?, ¿a qué estructuras de poder remiten y/o sostienen?, ¿cuales son las corporalidades e identidades qué se “habililitan” y permiten cuando hablamos de sexualidades?,¿cuales no? entre otras. En este sentido, recuperamos parte de los primeros antecedentes en el campo de la salud sexual en términos de intervención por parte del Estado, como son las políticas de control demográfico, las cuales fueron impulsadas desde diferentes intereses económicos, políticos y sociales. Estas mismas, de forma historica, han tenido como problacion destinataria  a mujer cis, en edad fertil, que mantienen relaciones heterosexuales; hecho que comprendemos, no es casual, y sobre el cual se han consolidado bases para las posteriores politicas emergidas en materia de salud sexual.

Si retomando los aportes de Mari Luz Esteban (2006), y parte de lo que los feminismos, movimientos LGBTTTNBI+ y activismos en discapacidad, vienen denunciando, gritando, escribiendo, entre otras, podemos entender como históricamente y de forma naturalizada, las mujeres cisheterosexuales, con corporalidades “aceptadas y esperadas” han/hemos sido consideradas como meras reproductoras biológicas, como aquellas destinadas al cuidado de la familia; de allí la maternidad se ha configurado como único destino posible. En este sentido, y si retomamos las políticas en salud sexual, podemos dar cuenta qué son los ordenes sociales patriarcales, capitalistas, coloniales, capacitistas, entre otros, los qué establecen sistemas de poder y dominación que se inscriben en el cuerpo y biología; presentando posiciones sociales como “naturales”, justificando y legitimando formas de actuar, sentir, desear, y excluyendo- violentando y silenciando a todas aquellas identidades y corporalidades que no respondan a identidades cisheteronormadas, sin discapacidades, blanquizadas, entre otras Esto se ha generado y sostenido mediante múltiples actores, prácticas y espacios, que construyen sexualidades y condiciones de accesibilidad (o no) a la salud sexual y (no) reproductiva.

En esta línea,consideramos necesario reflexionar y poner en tensión abordajes vigentes en el campo de la salud, que continúan centrados en lo (no) reproductivo; reproduciendo logicas que no dan lugar a interpelarnos sobre la histórica responsabilidad asignada a las mujeres (cis) y la escasa participación de los varones (cis) en materia de Salud Sexual y (no) Reproductiva. Además consideramos que estos abordajes centrados en lo (no) reproductivo dejan por lado la integralidad y complejidad de las sexualidades y la(s) salud sexual. Lo que permite visibilizar la escasa accesibilidad en los espacios de salud de poblaciones LGBTTTNBQ+, con discapacidades, entre otras; en tanto se siguen reproduciendo lógicas binarias, capacitistas, cisheteronormativas y biologicistas.

Entendiendo a la “salud como capacidad de lucha por cambiar el estado de las cosas” (Debora Ferrandini, 2010) es que recuperamos como los movimientos feministas y LGBTTTNBI+ vienen generando resistencias y prácticas colectivas que construyen salud, a la vez que disputando y transformando discursos, prácticas, modos de regular (o no) y de intervenir por parte del Estado en relación a la sexualidad y la salud sexual. En ese sentido, como egresadas de la Universidad Nacional de Córdoba y atentas al contexto actual, consideramos necesario - y nos posicionamos desde - un Trabajo Social crítico y transfeminista y contracapacitista, comprometido con las luchas de los movimientos sociales; un Trabajo Social al servicio de la defensa de los derechos conquistados y su real accesibilidad; desde donde seguir apostando a la construcción de mundo más vivibles, libres, dignos y deseantes.